Analizamos una de las comedias del año, basada en el making off de The Room, la «peor película de la historia»
The Disaster Artist es una película dirigida y protagonizada por James Franco, al que se unen en el reparto su hermano Dave Franco, Alison Brie, Josh Hutcherson, Seth Rogen, Zack Efron, Sharon Stone y Bryan Cranston, entre otros.
The Disaster Artist narra la historia real del ‘making of’ de la película The Room, que ha sido considerada como “una de las peores películas de la historia». Dirigida en 2003 por Tommy Wiseau, The Room se ha estado proyectando en salas completamente llenas por todo Norteamérica desde hace más de una década. The Disaster Artist es una buddy comedy sobre dos inadaptados en busca de un sueño. Cuando el mundo los rechaza, deciden hacer su propia película, un film maravillosamente espantoso gracias a sus momentos involuntariamente cómicos, sus tramas dispersas y sus terribles interpretaciones.
La película ya es todo un éxito, avalada por la crítica, ha sido galardonada con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, y ha sido nominada a los Globos de oro en las categorías de Mejor película de comedia y mejor actor de comedia para James Franco.
Decir que una película es «la peor de la historia» es una afirmación, cuanto menos, arriesgada, ya que todos los años se lanzan una gran cantidad de nuevos títulos, muchos de ellos de una calidad más que dudosa. No obstante, aquellos que hayan visto The Room tendrán que admitir que desde luego es una de las películas más desastrosas y delirantes que se hayan hecho jamás. La historia de un buen hombre, Johny, que es engañado por su pareja con su mejor amigo, es la base para una película que se desarrolla entre actuaciones forzadas, giros de guión y diálogos absurdos, que no obstante resultan hilarantes para aquellos que ven con estupor el desarrollo de la cinta. The Room se ha convertido ya, por tanto, en una película de culto que sigue llenando salas de cine tras casi quince años desde su estreno.
The Disaster Artist es una película que hace homenaje a ese director extravangante, excéntrico y demencial, Tommy Wiseau, un auténtico outsider de la industria cinematográfica, comparable con el ya legendario Ed Wood (encarnado por Johnny Depp en la fantástica cinta homónima dirigida por Tim Burton). Un actor frustrado que tras no conseguir nada en su viaje a Los Ángeles decide escribir, producir y dirigir su propia película, de tintes autobiográficos. El argumento de la película queda marcado además por la relación entre Wiseau y su amigo Greg Sestero, co-protagonista de la película. Un argumento claro, divertido, con un humor muy bien llevado, acertado, y muy dinámico. La película se desarrolla rápido, lo cual no quiere decir que se desarrolle mal, en absoluto, resulta tan entretenida que el tiempo pasará volando en la sala de cine, si bien la película es de por sí corta (98 min.).
Las actuaciones son memorables, cabe destacar por encima de las demás la sobresaliente actuación de James Franco encarnando al delirante Wiseau, una actuación que bien podría ser una caricatura de lo más exagerada si no fuera porque, como ya sabemos, Wiseau es así. El trabajo de caracterización le acerca mucho al actor que vimos en The Room, y su acento está perfectamente calcado, del mismo modo que sus gestos o risas. Si bien las escenas en inglés tuvimos que verlas en tráilers y avances de la película porque se dobló al castellano en las salas de cine, este doblaje no resulta forzado y se adapta perfectamente a la versión original, felicitaciones por tanto a Carlos Santos, encargado de doblar a Franco, que ha conseguido sacar de forma genial una labor titánica. En cuanto a los demás actores, en el otro que más se profundiza es en el personaje de Sestero, que Dave Franco interpreta de forma convincente y eficaz, pudiendo ver en él la complejidad de tratar con semejante personaje.
En cuanto a la ambientación, es sobresaliente la adaptación de la película a los escenarios originales de la película y a algunas de sus escenas más recordadas. Son casi un calco de las originales, lo cual facilita enormemente al espectador el situarse en determinadas escenas y actuaciones. Podemos acercarnos prácticamente en primera persona a ese set de rodaje tan precario en el que se rodó la cinta, pudiendo ver también cómo se desarrolló el rodaje de algunas escenas, las dudas que surgieron entre los integrantes del equipo técnico y el reparto, y las extravagancias a las que sometió al resto de integrantes el director.
The Disaster Artist es una película biográfica, con una clara intención humorística, una intención que no llega a caer en la irreverencia o en la falta de tacto con sus personajes, un buen gusto que hace que la película se desarrolle de una forma agradable para el espectador, que disfrutará este relato sobre cómo se hizo la «peor película de la historia».
Hasta aquí nuestra crítica a The Disaster Artist. ¿Qué te pareció?. No dudes en comentar. Saludos cinéfilos desde Joy&Pop.
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