Puede que el nombre del estudio Steel Mantis no os suene a algunos, pero si hablamos de uno de sus anteriores títulos Slain: Back from Hell, seguramente a más de uno se le refresque la memoria. Los que disfrutaron de este juego ahora tiene la oportunidad de volver a sentir su esencia con Valfaris, aunque en esta ocasión cambiando ambientación de vikingos, demonios y mitología nórdica por algo más futurista, todo ello sin perder su toque característico.
Nos ponemos en el papel de Therion que decide volver a su planeta de origen: Valfaris. En este lugar su padre, el rey Vroll, gobierna con mano de hierro. Nuestra misión es volver a nuestra tierra natal y acabar con nuestro cruel progenitor.
Dejando de lado las disputas paterno-filiares y que cada familia es un mundo, estamos ante una historia sencilla y gamberra propia de una película ochentera o de principios de los noventa. Nos hubiera gustado más que se hubiera profundizado un poco más en ciertos personajes, pero se entiende pues estamos ante un título de acción rápida en lo que queremos es disparar y avanzar.
Si bien la jugabilidad toma mucho de Slain, en este caso tenemos un sistema que se basa más en armas a distancia. Estamos ante un juego que podemos incluir en el clásico estilo run’n’gun como sería la saga Contra, por lo que se nos presentan mecánicas sencillas basadas en avanzar de forma continua eliminando todo lo que se ponga en nuestro camino.
Dentro de este esquema existen varias cosas que son dignas de mencionar. En primer lugar tenemos nuestro arsenal. En Slain solo disponíamos de combate cuerpo a cuerpo y algunas habilidades para el combate a distancia. En Valfaris, los desarrolladores se han centrado más en el combate con armas de fuego, tenemos nuestra arma principal de largo alcance y además una gran variedad de armas para poder elegir a medida que las vamos consiguiendo y que son muy diferentes entre ellas; como es un arma de mano tipo metralleta con disparo muy rápido pero poco dañino, un disparo potente más lento pero que puede atravesar varios enemigos o una suerte de lanzallamas de fuego o haz azul que generara cabezas de lobo al dañar enemigos entre otros.
Pero por su puesto también habrá armas cuerpo a cuerpo para ciertos enemigos o si queremos ir al combate más visceral. No es lo más recomendable, pero si es bastante útil para ciertas situaciones como combates contra jefes o con ciertos enemigos que se pegan a nosotros. También gozamos de una gran variedad de armas de combate cuerpo a cuerpo como espadas de energía, otras de acero o incluso un tentáculo. Por ultimo tenemos las armas especiales que irán consumiendo nuestra barra azul y son herramientas especialmente útiles y dañinas como ametralladoras pesadas, lanzagranadas, superescopetas o rayos laser teledirigidos.
Destacar que todas estas armas se pueden mejorar hasta cuatro niveles para mejorar su alcance o potencia. Esto se realizará a través de metales sanguíneos y con sangre de Valfaris. Estos cristales se podrán conseguir de dos formas; encontrándolos por los escenarios o cambiarlos con ídolos de resurrección. En este momento tenemos que hablar de estos ídolos de resurrección y la mecánica que nos presenta pues es bastante interesante. A lo largo del juego iremos encontrando estos ídolos de resurrección que nos servirán para poder activar los puntos de control, y que también podemos cambiarlos por los ya mencionados metales para mejorar las armas. Lo interesante es que cuando más de estos ídolos tenemos en nuestro poder, mayor será la vitalidad y energía de nuestro personaje. Este concepto nos incita a jugar de manera más conservadora utilizando los ídolos cuando podamos o bien ir un poco a la aventura guardándolos para tener más energía y vida.
Entre las mecánicas tenemos un escudo que ira consumiendo energía y que es muy útil en determinadas situaciones, por ejemplo cuando nos atacan cuerpo a cuerpo, si bloqueamos en el momento oportuno aturdiremos al enemigo. Existe la opción de poder nos solo bloquear los proyectiles enemigos, sino de poder devolverlos. Un aspecto que hemos echado un poco en falta es la ausencia de algún tipo de dash o desplazamiento rápido.
En cuanto al diseño de niveles, se recoge una gran variedad de situaciones para no hacernos sentir que estamos siempre ante lo mismo. Zonas de plataformas, otras basadas en ir sobre un rail o enemigo para poder avanzar, lugares en los que tendremos que eliminar a todos los enemigos en una determinada sala para poder seguir o poder controlar una maquina enemiga son algunas de las que nos vamos a encontrar a medida que avancemos. Esto es de agradecer pues no sentiremos fatiga de estar siempre bajo lo mismo y veremos cómo se va variando el modo de juego.
En Valfaris también tendremos que vernos las caras contra una gran cantidad de bosses, cada uno de ellos tiene ciertos trucos para poder ser derrotados, aunque nos costarán más de un intento hacerles caer. Una cosa que nos hay gustado mucho es el cambio de patrón de los jefes, cuando su vida baje de un determinado punto incorporaran nuevos ataques que nos pillaran por sorpresa y supondrán un reto.
La dificultad está bastante bien ajustada, no se trata de un paseo, pero tampoco se nos va a poner fácil y nos encontraremos repitiendo en más de una ocasión una zona de plataformas o enfrentándonos a un enemigos que nos esté dando batalla.
Sin duda el aspecto más flojo es su duración. Si bien es verdad que está basado en las mecánicas de los run’n’gun clásicos y estos no poseían una duración muy larga, Valfaris puede ser completado en unas 4 o 5 horas. Es una duración algo ajustada y que nos queda con ganas de más. Esto no sería un problema demasiado grave si no fuera por su precio, pues estamos ante un juego algo caro en relación a la duración-precio.
Gráficamente es muy espectacular. Siguiendo lo visto en Slain, tenemos una estética pixel-art muy detallada e increíblemente realizada. A nivel estético se ha pasado de una estética medieval-fantástica a un aspecto más futurista que combina lo orgánico con lo industrial, nos recuerda mucho a los visto en la saga Doom.
Las animaciones se muestran muy elaboradas y se complementan con un diseño de personajes y enemigos muy detallado. Cada enemigo está muy bien diseñado y son singulares tanto en el presentación como en sus animaciones. Las armas también están diseñadas con un gran acierto y no solo en el diseño de las armas en sí, sino también en su modo de disparo, una de nuestras favoritas es la luz lupina y lo detallado que están los lobos que se desprenden.
En cuanto a rendimiento estamos ante un juego muy rápido y que tiene un control muy bien implementado, con tiempos de carga bastante cortos lo cual ayuda mucho si morimos continuamente y no produzca fatiga en el jugador. Su desempeño en Nintendo Switch es impecable, todo se muestra realmente fluido y sin caídas de fps aparentes.
Valfaris presenta una banda sonora muy metalera en todos sus aspectos. Sin duda es uno de los aspectos más identificadores de los títulos de Steel Mantis. Esta banda sonora ha sido desarrollada por Curt Victor Bryant, siendo este un antiguo miembro del grupo Celtic Frost, y nos presenta unos temas dominados por guitarras muy potentes con graves muy acentuados y buenos ritmos de batería.
La variedad de sus temas musicales va desde el heavy metal más pesado o industrial, hasta un metal más ochentero con power chords o incluso guitarras eléctricas más limpias para el fondo simulando el sonido de sintetizadores. Todo ello se ve complementado con efectos sonoros muy a la altura y con una localización a nuestro idioma bastante aceptable, para que no nos perdamos ningún aspecto de esta épica aventura.
Se nota que Steel Mantis se ha dado cuenta de los errores cometidos en Slain y esta vez han sacado un juego completo a la primera. Estamos ante un título muy divierto en el aspecto jugable, sonoro y estético cuyos únicos puntos débiles son la duración algo corta para su precio y quizá la falta de algo más de historia y trasfondo para los personajes.
Deja una respuesta