¿Hacia dónde nos llevará la Ballena de barro?
Volvemos al mundo del anime con la crítica a una de los últimos producidos por Netflix: Hijos de las ballenas (Kujira no Kora wa Sajou ni Utau), basado en el manga homónimo de Abi Umeda, y dirigido por Kyōhei Ishiguro.
Nos encontramos en el mar de arena, subidos en la Ballena de barro, un enorme barco en el que vive Chakuro (Hanae Natsuki/Roberto Rodríguez), nuestro protagonista. Nadie sabe hacia dónde va la Ballena ni cómo dirigir el rumbo, pero llevan generaciones viviendo allí y ése es su hogar. Hay dos tipos de personas en la comunidad: los/as poseedores/as de la timia, capaces de utilizar la magia y con una esperanza de vida muy corta, llamados marcados, y los no marcados, que no poseen esa habilidad pero tienen una esperanza de vida mucho mayor. Debido a eso, son los no marcados los que gobiernan.
Chakuro es el cronista de la isla, para plasmar las historias de los habitantes de la Ballena y continuar con el legado de sus antecesores. Un día, ven una isla y un grupo de exploradores deciden ir a inspeccionarla para obtener recursos. Allí Chakuro encontrará por primera vez otro ser humano que no es habitante de la Ballena, Lycos (Iwami Manaka/Ana Hueros), que busca el Falaina. Este encuentro desencadena un cambio en la vida de los habitantes de la Ballena, y cómo podéis ver en el tráiler, se lía muy parda.
El espectador/a apenas conoce nada del mundo fuera de la Ballena, y conforme los diferentes habitantes de la misma vayan recaptando información, no sabremos por qué estos humanos atacan a la Ballena y qué es lo que está pasando fuera de ella. Hasta casi final de serie no veremos algunas escenas del exterior, y que dejan la puerta abierta a una segunda temporada (el manga en el que se basa sigue aún en publicación).
En esta historia tenemos varios personajes relevantes:
- Chakuro: El protagonista de la historia. Es un joven marcado que le apasiona escribir y retratar todo lo que percibe y siente, y por ello le nombran Cronista. Es un chico risueño y un trozo de pan.
- Sami (Kanemoto Hisako/Sara del Olmo): Amiga de la infancia de Chakuro y también es una marcada. Es una chica alegre y activa.
- Suou (Shimazaki Nobunaga/Javier Abengózar): El hermano mayor de Sami y un no marcado. Investiga la causa de la escasa esperanza de vida de los marcados. Es un ser adorable y lleno de luz.
- Ouni (Umehara Yûichirô/Felipe Garrido): Es un habitante de la Ballena que forma parte de los Topos: gente que no se adapta a la vida en ella y quieren salir a toda costa. Los llaman así porque los calabozos están bajo tierra. Es un marcado y se sospecha que es uno de los más fuertes de la Ballena. Para resumir su personalidad, es un Sasuke (Naruto) de la vida.
- Lycos: Es una chica marcada ajena a la Ballena. A lo largo de la serie podremos ir redescubriéndola poco poco… Y hasta aquí puedo leer.
La historia que cuentan es una oda a los sentimientos, y no sólo a los positivos, también a los negativos como dolor y a la tristeza, reflexiones muy necesarias en esta sociedad que ya han defendido otras series y películas, como la archiconocida Del revés. Hay momentos en los que estamos felices y por ello reímos, y otros en los que queremos llorar, gritar y dejar que salga fuera todo, y que todos esas escenas son las que conforman nuestra historia personal.
Un punto negativo es que quizás no haya muchos giros de guión que te dejen descolocado/a, pero sigue teniendo una buena historia y que te deja con ganas de más.
Como habréis podido ver tanto en el tráiler como en las diferentes imágenes, el dibujo es precioso y cuidado, lleno de color y detalle, lo que hace que sea bastante atractivo. Una gozada a la vista.
En cuanto a la banda sonora, en un principio la música es un acompañamiento, pero a lo largo de la historia irá cogiendo un papel mucho más relevante. El doblaje en español es muy bueno, como suele ser habitual en los animes que llevamos analizados.
Y poco más os podemos contar sin entrar en spoilers de este anime. Es una historia que te conmueve en varios sentidos, y con buena gama de personajes secundarios que enriquecen la trama con sus vivencias, pensamientos y personalidad, por lo que os animo a que empecéis con ella.
(Spoiler) Si ya la habéis visto comparto esta pregunta: ¿os habéis dado cuenta que en un mundo de emociones no tenerlas te hace estar en la ola y que al revés estás en la miseria? ¿En cuál de los dos diríais que estamos?
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