La industria del videojuego se ha convertido en un gigante económico en el que muy pocas empresas pueden hacerse un hueco. Gracias a plataformas como PS Talents podemos disfrutar de títulos pequeños pero no por ello faltos de calidad que de otra manera no hubiese sido posible. En esta ocasión hablamos de Deiland, juego desarrollado por el estudio valenciano Chibig cuya estética y premisa nos recuerda al famoso cuento El Principito.
Nos ponemos en el papel de un chico llamado Arco. Estamos solos en un planeta pequeño y a través de las diferentes misiones, que nos manda los personajes, iremos averiguando que nuestro protagonista es algo más que un chico perdido en un planeta solitario. A medida que avanecemos en la historia iremos descubriendo más y más de nuestro personaje y de nuestro pequeño planeta.
Estamos ante una historia sencilla que se asemeja a un cuento, con personajes simpáticos y divertidos y con un villano claro. Básicamente estamos en unos de esos títulos en los que es el bien contra el mal y enfocado a un público más pequeño pero no por ello puede dejar de gustar a los más adultos.
Nos encontramos con una mezcla de géneros con toques de juego de rol, construcción y gestión de recursos. Una de las cosas que nos obliga el juego es a cómo gestionar todo en nuestro pequeño planeta pues en un principio obtener determinados recursos se vuelve una tarea algo compleja.
Tenemos una serie de mecánicas sencillas en las que debemos controlar con una serie de misiones iniciales a modo de tutorial. Tendremos que obtener recursos tales como piedra, madera o utilizar el huerto para poder conseguir tanto comidas como otros materiales. En este apartado es interesante decir que aunque las mecánicas son sencillas no se hacen repetitivas al cabo del tiempo.
Tenemos un sistema de construcción bastante simple en el que podemos construir distintas estructuras a medida que avancemos en el juego como un muelle para pescar, una mina o un establo. Con estas conseguimos mayor eficiencia en nuestra recolección de recursos como extraer materiales de la piedra o cultivos más productivos.
Una de las cosas que más nos gustan es la sensación de progreso en el planeta. En un mundo tan pequeño es fácil ver como todo va evolucionando. Podemos mejorar nuestra casa dotándola de un taller para fabricar determinadas cosas como aceite, lingotes, hilo. Una cocina para preparar comidas y un laboratorio destinado a las pociones. Contamos de serie con un fragua para fabricar y mejorar nuestras herramientas y la opción de dormir para recuperar la energía de nuestro personaje y subir de nivel.
Las acciones y misiones que completamos nos darán experiencia para subir de nivel. Una vez hecho esto podemos gastar nuestros puntos en cuatro características distintas que son inteligencia, agilidad, fuerza y resistencia. Cada habilidad nos dará un plus en determinadas áreas por lo que tenemos que saber cuál escoger.
Las visitas en nuestro planeta serán abundantes y cada cierto tiempo llegaran visitantes en sus naves para mandarnos misiones o poder comercia con ellos. Entre estos personajes tenemos a Mû la exploradora galáctica, Locke el mago o Goliath el pirata. Cada uno de ellos tienen productos a la venta y nos compraran los nuestros a un precio determinado. Quizá este punto sea algo que corta el ritmo del juego pues en determinadas ocasiones habremos completado una misión y deberemos esperar a que uno de ellos vuelva a nuestro planeta para continuarla.
Como hemos dicho nuestro planeta es un protagonista más y como tal podemos controlarlo. Durante nuestra partida tendremos varios eventos meteorológicos que afectaran a nuestro planeta, desde la lluvia que rellenara nuestros pozos y hará crecer nuestros cultivos, tormentas peligrosas que pueden incendiar nuestros árboles o quemar la cosecha o caídas de meteoritos que traen semillas de otras partes del universo. Para ello podemos rotar el planeta a nuestro antojo o mover las nubes para que la lluvia caiga sobre una determinada zona.
Tenemos un sistema de combate muy simplificado, cada cierto tiempo aparecen monstruos en nuestro planeta y tendremos que eliminarlos. Este es el aspecto más flojo del juego pues es un combate muy sencillo.
Completar todas las misiones y completar su historia nos puede llevar a unas 15-20 horas de juego. Como hemos comentado aparte de las misiones también está la opción de poner nuestro planeta a nuestro gusto plantando arboles de diversos tipos y demás, este punto es muy agradecido gracias en parte a la bonita estética del juego como a la capacidad de ver casi el planeta en su conjunto. En general estamos ante un juego sencillo de mecánicas simples pero no pesadas que puede entretener tanto a jóvenes como adultos y en el que la sensación de progreso es casi contante. Como aspectos negativos diremos que algunas partes como el combate están un poco verdes en comparación con otras.
Gráficamente cumple con las expectativas. Nos encontramos con un juego que no tiene grandes pretensiones en los gráficos pero dentro del ámbito y nivel en el que se mueve resulta muy interesante. Estéticamente luce sensacional, no solo hablando de cada estructura u objeto que encontramos en el escenario, sino también del diseño de los personajes. Destacamos también al propio planeta y sus ciclos de día y noche que da a todo el conjunto lo que se busca, el aspecto de estar viendo imágenes de un cuento.
El juego está totalmente traducido al castellano y también en valenciano, algo poco usual en los videojuegos en nuestro país y que supone una grata sorpresa por parte del estudio Chibig el incluir esta opción. A nivel sonoro tenemos efectos bastantes acertados como de lluvia, al picar piedra, como crecen los cultivos.
Pero si algo destaca en este aspecto es su banda sonora en la que tenemos temas tremendamente relajantes y que casan a la perfección del juego. La banda sonora acompaña perfectamente a la sensación que se quiere transmitir de cada personaje que tiene su tema propio y de cada situación. En definitiva es una banda sonora que liga perfectamente con todos los demás aspectos.
Chibig ha conseguido adaptar su juego de móviles a una consola como PlayStation 4 y además conseguir un título bastante entretenido. Es una alegría ver como estudios pequeños, y en este caso de nuestro país, España, pueden ir entrando en un mundo tan grande como es la industria del videojuego con títulos sencillos pero con personalidad propia como es Deiland.
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