Hoy os traemos uno de los estrenos que más estábamos esperando este año: Do Not Feed the Monkeys 2099, la segunda entrega de Do Not Feed the Monkeys del estudio español Fictiorama Studios.
Estamos en el 2099 y hemos heredado de nuestro tío una membresía del Club de observación de primates. Tras aceptar el contrato ya podemos observar y tomar notas de lo que hacen los primates. En algunos casos el club nos pedirá datos sobre algunos de ellos a cambio de una compensación, pero está en nuestra mano responderlos, o bien ayudar o extorsionar a los primates. Recuerda, si eliges alimentarlos, procura que no se enteren.
Comenzamos con la chicha de este juego: la aplicación MonkeyVision, nuestro centro de control de los primates. En la parte izquierda tenemos las cámaras en miniatura, y al pinchar sobre una de ellas podemos ampliarla y tomar notas de lo que dicen los primates y del entorno. En la parte derecha tenemos los comandos para grabar unos segundos de una cámara y el de visión nocturna (que podremos adquirir al subir al nivel 2). También tendremos tres pestañas: en la primera tenemos unas «bombillas» que se iluminan cuando hay movimiento en las cámaras, en la segunda podremos ver las cámaras que nos faltan para subir de nivel y estarán iluminadas las que hemos adquirido tras pasar de nivel. Además, aquí es donde podremos adquirir esas cámaras nuevas. Por último, en la tercera pestaña podremos desinstalar la aplicación (lo que no es muy buena idea).
Hay tres niveles del club que debemos superar para continuar la partida, y para ello «sólo» tenemos que ir adquiriendo más cámaras, dándonos para ello 5 días entre niveles. Algunas de ellas son escenas fijas o no nos proporcionan ninguna información, mientras que otras serán relevantes para el club o para nosotros/as. Lo que necesitamos saber son palabras clave, marcadas en amarillo, que recogeremos en una «tablet» y que tenemos que relacionar entre sí. En nuestro buscador haremos estas búsquedas exhaustivas para saber sus nombres, datos de contacto, ubicación, etc.
Además tendremos nuestro email y Messenger para comunicarnos con el club y nos manden spam (en el email) y comunicarnos con otro miembro del club y con los primates. A través del ordenador podremos comprar artículos en el Blue market e invertir, junto a un asistente virtual que nos ayudará con estas inversiones.
Con lo que llevamos explicado el juego parece coser y cantar, pero nos queda un punto importante: la precariedad de la vida adulta (porque estamos en el futuro pero el sistema en el que vivimos sigue vivito y coleando). Tendremos que mantener nuestros niveles de alimentación, sueño y salud general a niveles óptimos, si queremos que no se acabe la partida. Para ello tendremos que aceptar trabajos temporales, cuyos anuncios aparecen en la pantalla que hay cerca de la puerta. Además, también tendremos que pagar el alquiler si no nos queremos ver en la calle y con un game over.
Si se te hace difícil, han incluido el modo relax, en el que los niveles de salud no bajan tan rápido y el alquiler es más bajo. Además, tras finalizar la primera vuelta, podrás incluir una mirilla en la puerta (para evitar abrir a visitas inoportunas) y aceleración del tiempo. Si desbloqueamos todas las cámaras que hay, podremos jugar en el modo libre, en el que tras superar el tercer nivel del club podremos continuar laa partida sin evaluaciones.
La duración de una partida completa es de 15 días en el juego, que son unas pocas horas, pero puedes comenzar tantas partidas como quieras, ya que no desbloqueas siempre las mismas cámaras, si no que aparecen al azar.
Un gran trabajo trayéndonos esta estética pixel art tan cuidada y detallada. Aunque nuestro personaje apenas sale de un cuarto, podemos observar un mundo del futuro lleno de robots, humanos/as y seres de otros mundos, además de los diferentes escenarios que podemos observar en ellas.
Como hemos podido ver, los escenarios son muy variados y con ganas cromáticas muy diferentes entre sí, por ejemplo en una prisión predomina los colores fríos mientras que en una consulta lo hacen los cálidos, pero todos ellos son bastantes vibrantes. Además con las cámaras duales, que cuentan con una segunda parte, podemos explorar más este futuro que nos trae el juego. Por último, en algunas cámaras se han incluido efectos visuales, como distorsiones, que le dan cierto nivel de realismo.
El punto más flojo del juego. Cuenta con una banda sonora instrumental, que es bastante reconocible, aunque no hay variedad. Tenemos sonidos ambientales, como el de abrir las puertas, y no cuenta con doblaje (en parte entendible porque sería un poco caos cuando vas mirando y cambiando las cámaras). La fuente de los diálogos es bastante clara y con un estilo que se ajusta perfectamente a la estética del juego.
Do Not Feed the Monkeys 2099 cumple con las expectativas provocadas por el título anterior. Fictiorama Studios ha conseguido un juego con el que puedes pasar horas y horas estudiando las cámaras, reiniciando las partidas para poder desentrañarlas todas. Eso sí, se agradece el modo fácil,p y las nuevas mejoras, porque ha habido ocasiones que intentar cumplir los objetivos y mantenernos sanas ha sido casi imposible. Para terminar, tanto si has jugado a Do Not Feed the Monkeys como si no, lanzaros a por esta nueva entrega, no os arrepentiréis.
Do Not Feed the Monkeys 2099 ya se encuentra a la venta en formato digital para PC vía Steam.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para Steam proporcionado por Fictiorama Studios.
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