Los nacidos en los 80 y 90 y que iniciamos nuestros primeros pasos en los videojuegos en esa época podemos recordar con gran nostalgia un género ya muy de nicho: las aventuras gráficas.
En esas décadas nacieron grandes sagas que han quedado para la posteridad. Hablamos de títulos míticos como pueden ser Broken Sword, Hollywood Monster o Blade Runner. Pero no podemos olvidar una franquicia emblemática en el mundo de las aventuras gráficas. Estamos hablando de la saga Monkey Island, títulos que forman parte de la infancia de muchos y de la cultura popular.
No fuimos pocos los que nos alegramos cuando se anunció una nueva entrega y de manos que ni más ni menos que Ron Gilbert y Dave Grossman, creadores originales de la saga. Han pasado muchos años desde su última entrega y, con las dudas habituales después de que una franquicia haya estado hibernando durante tanto tiempo, vamos a ver si el pirata Guybrush Threepwood sigue teniendo el encanto que muchos recordamos.
Return to Monkey Island comienza con dos niños haciendo distintas travesuras. No debemos ser muy inteligentes para saber quién es uno de ellos y es que tras una pequeña parte del juego que sirve como tutorial. Si, durante estos primeros compases hemos controlado al hijo de Guybrush y a su amigo Chuckie.
Tras un rato de diversión acompañando a estos dos pequeños, y de participar en diferentes juegos, nos encontraremos con el legendario pirata que empezará a contar un relato de cómo volvió a la mítica Monkey Island.
En primer lugar, debemos indicar que este juego es una continuación directa de la segunda parte, es decir obvia la tercera y cuarta entrega. En segundo lugar, podemos ver este título como una declaración de intenciones por parte de los creadores y es la de dar un cierre definitivo a la saga y concluir como una trilogía.
Con esto no queremos entrar más en detalles de la historia para evitar spoilers, tan solo decir que cumple con lo esperado y que nos encontramos con esa magnífica narrativa que el juego de la antigua Lucasarts nos tenía acostumbrados. Y es que sí, la epopeya de Guybrush nos indica que se encuentra en mejor forma que nunca, con un guión muy interesante, lleno de grandes momentos y de ese característico sentido del humor que caracteriza la saga.
Como hemos indicado, Return to Monkey Island comienza en el final de la segunda entrega. El malvado pirata LeChuck ha sido derrotado y nuestro intento de pirata se encuentra en la isla Mêlée con el fin de encontrar el secreto de Monkey Island.
Sobre la jugabilidad tampoco podemos comentar mucho pues creo que cualquier persona que haya jugado a una aventura gráfica de corte clásico sabe lo que va a encontrarse. Estamos ante un juego de point and click en el que tendremos que ir trasteando con todo lo que nos vayamos encontrando, combinando cosas, hablando con diferentes personajes, resolver puzles y movernos por diferentes escenarios.
Si bien este estilo de juegos se muestra parco en sus mecánicas es en historia y diálogos donde más se crecen y nos alegra decir que en este apartado Return to Monkey Island cumple con creces. Aunque han pasado varios años desde que sus creadores dejaron la franquicia, vemos como no se han oxidado y en esta última entrega siguen con su ingenio bastante afilado. El título está lleno de chistes, situaciones ridículas y sobre todo buen humor.
Si bien es verdad que se trata de un juego muy pensado para los amantes de la saga los que nunca hayan terminado los dos anteriores no se sentirán perdidos pues tenemos una especie de resumen de las entregas anteriores que no será narrada por el propio Guybrush antes de comenzar la aventura si así lo deseamos.
Otro de los aspectos destacados es la opción de elegir entre un modo casual para aquellos que busquen seguir la historia y no frustrarse con la resolución de puzles o bien un modo difícil para los más veteranos y que busquen una experiencia más desafiante.
En cuanto a su duración, se trata de una aventura de unas 8 horas siendo una duración bastante correcta. Este tipo de juegos nacieron en ordenador y estaban pensados para ser jugados en ratón, pero no por ello podemos decir que el control en Switch sea malo, de hecho, estamos ante un control bastante intuitivo y fácil de controlar. No podemos considerarnos veteranos, pero para aquellos que hemos jugado a las entregas anteriores recordaremos ciertos puzles que eran bastante absurdos y arbitrarios. Sin embargo, en esta ocasión tenemos un desarrollo más lógico en el que no vamos a encontrar nada increíblemente enrevesado. De todas formas, el juego cuenta con un sistema de pistas que podemos utilizar y nos ahorra el viaje a internet para buscar la solución.
Como aspectos generales tenemos que decir que es un juego que se autorreferencia mucho. Si bien es verdad que no es necesario haber jugado a los anteriores, sí que se pierde muchísimo si no lo hemos hecho. Tenemos gran cantidad de personajes clásicos y situaciones que sin duda traen nostalgia a los jugadores.
Sin duda uno de los aspectos más polémicos. Es conocido para aquellos que seguimos el desarrollo del juego como las redes se llenaron de una negatividad con respecto a la nueva estética de la saga. Hay que romper una lanza a favor de esta nueva estética.
Sí, es verdad que choca mucho con los gráficos de la vieja escuela, pero también es verdad que le sienta bastante bien a este título. Es una de esas situaciones en las que muchos hubiéramos optado por otro tipo de gráficos, pero el resultado final es realmente sobresaliente, con escenarios alegres y coloridos que casan perfectamente con la tónica del título.
En definitiva, no podemos nada más que aplaudir el riesgo que ha tomado el estudio para hacer este lavado de cara y dar esta nueva visión de su obra. Una con un tono más caricaturesco, dominado con un cromático exagerado, pero muy acorde con el tono de la aventura. Sus personajes están diseñados con gran soltura y nos encantan como se desenvuelven en ese mundo tan peculiar y lleno de estrafalarios peligros.
Y, en lo que respecta a su rendimiento, nosotros hemos podido disfrutar de esta aventura en Nintendo Switch. En la híbrida de la Gran N el juego se mueve con gran soltura, con una tasa de fps estable y con unos tiempos de carga adecuados.
No podemos poner ninguna pega a la banda sonora pues al igual que pasa con el guión, los compositores de esta entrega fueron los mismos que trabajaron en los juegos originales. Vamos a encontrar junto a las nuevas melodías para el juego versiones renovadas de canciones clásicas.
En cuanto al doblaje tenemos que mostrar lo positivo y lo negativo. De forma positiva, reconocer el gran trabajo de Dominic Armanto como Guybrush que repite en su papel y ha hecho del personaje algo totalmente suyo. Por otro lado, lo negativo es la falta de un doblaje para el juego. Quizás estamos siendo algo puristas, pero creo que no somos los únicos que recuerdan con cariño los doblajes clásicos de las aventuras gráficas que no sólo gozaban de gran calidad en una época en la que el doblaje no era lo habitual y nos daban no solo grandes diálogos sino también vida a los personajes.
Con todo esto debemos decir que la traducción es impecable en todos sus aspectos y adapta perfectamente los chistes y juegos de palabras a nuestro idioma.
Definimos Return to Monkey Island como una carta de amor tanto a los fans de la saga como a los amantes de las aventuras gráficas. Es un juego muy pensado para estas personas que crecieron con este tipo de títulos y que sin duda han visto cómo ha sido relegado a un nicho de jugadores muy concreto. No estamos ante un título que vaya a revivir el género o sea el mejor en ello, pero sí que podemos afirmar que cumple sobradamente con lo que pretende que es volver a traer de vuelta a uno de los personajes más carismáticos y queridos de los videojuegos.
Return to Monkey Island ya se encuentra a la venta en digital para PC, PlayStation 4|5, Xbox One, Xbox Series X|S y Nintendo Switch.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para Nintendo Switch proporcionado por Cosmocover..
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