El mercado indie es el campo de experimentación perfecto para que los desarrolladores vuelquen sus locuras en forma de peculiares videojuegos que en ocasiones pueden funcionar, mientras que en otras pueden desembocar en un verdadero fracaso. La imaginación y la creatividad de esos estudios dan a luz a títulos verdaderamente originales que, con sus propuestas arriesgadas, crean nuevas fórmulas jugables que pueden sentar precedentes y convertirse en los favoritos de los jugadores.
Dentro de los casos de éxitos en este mundillo tan competitivo, donde un paso en falso puede suponer el final de un estudio, podemos enmarcar a House House, un pequeño estudio independiente que el pasado año sorprendió a todos los aficionados a este sector con Untitled Goose Game, un peculiar título donde controlaremos a un ganso cuyo objetivo es fastidiar y poner de los nervios a una pequeña población habitada por pintorescos lugareños.
Como ya hemos comentado, el juego se lanzó el año pasado, pero recientemente se ha puesto a la venta en formato físico para PlayStation 4 y Nintendo Switch (distribuida en España por Meridiem Games), e incluyendo además un modo para dos jugadores del que también podrán disfrutar los poseedores de la versión digital vía actualización gratuita. Esta edición física contiene:
- Cartucho / CD para Switch o PlayStation 4
- Edición primavera-verano del Catálogo Plaza: 24 páginas que presentan artículos y objetos útiles que los gansos pueden coleccionar.
- Póster del mapa de la aldea de «11 x 17», ilustrado a mano por la artista y desarrolladora de juegos con sede en Melbourne, Marigold Bartlett.
- Pegatina oficial «No Goose», extra pegajosa.
Con esta sencilla introducción podremos preguntarnos, ¡de qué va el juego? La respuesta es sencilla, nunca la expresión de hacer el ganso había tenido tanto significado, y es que en Untitled Goose Game tomaremos el control de un ganso cuyo objetivo es ir completando una serie de tareas para poder avanzar en el recorrido mientras hacemos la vida imposible de las personas que habitan este particular mundo.
Como este pícaro ganso podremos utilizar todo su inmenso arsenal para lograr nuestro objetivo: podremos correr, graznar, aletear, agacharse, coger y robar objetos y asustar a toda la gente que veamos. En resumen, un montón de maldades por las que no sentiremos ni pizca de remordimientos porque somos un ganso y eso es lo divertido.
El desarrollo de cada fase es muy sencillo; cada vez que cambiemos de área se nos desplegará una nueva lista de alocadas tareas que deberemos completar para que se nos abra un nuevo camino con el que poder avanzar. Estas son tan variadas como alocadas; algunas de ellas van desde salir en una televisión, encerrar a alguien en una cabina, tirar objetos a un lago, o incluso hacer un picnic. Si bien es cierto que realmente no todas son obligatorias, si son recomendables porque las risas que nos echaremos realizando fechorías están aseguradas.
Pero lo interesante de Untitled Goose Game es cómo ingeniárnoslas para realizar esas tareas haciendo uso del propio escenario y de los elementos que allí se encuentran. No hay una única forma de completar una tarea, sino que podremos usar todo lo que este en nuestra mano para completarlas. Pero siempre hemos de tener un ojo puesto en los lugareños, pues si bien no nos atacarán, estos buscarán continuamente interrumpir y entorpecer nuestras acciones, arrebatándonos los objetos que llevemos en nuestro pico, recuperándolos del lugar en el que nosotros los hemos depositado o asustándonos con diversos utensilios para que huyamos despavoridos. Aquí entra en juego un factor de “infiltración”, y es que en algunos momentos deberemos movernos con mucha cautela para evitar que nos detecten.
Con todos estos ingredientes vemos que, bajo esa fachada burlesca, Untitled Goose Game es a grandes rasgos un juego de puzles que nos propone completar una serie de tronchantes rompecabezas de una forma muy original y pocas veces vista en un videojuego. Es precisamente esa rompedora formula en el desarrollo de sus mecánicas lo que hace al juego de House House un título muy atractivo, con el que pasaremos un buen rato ideando nuevas fórmulas para entorpecer el día a día de los humanos.
Pero además de todo esto tenemos la nueva actualización gratuita, gracias a la cual podremos hacer el ganso con algún amigo vía cooperativo local. Este modo de juego nos abre un nuevo abanico de posibilidades para afrontar las tareas, y para fastidiar a los lugareños claro está. La pena que, aunque jugar a dobles es muy divertido, la dificultad baja ya que estamos en cierta “superioridad” ante los lugareños ya que un jugador puede dedicarse a distraerlos y otro a realizar las tareas.
Untitled Goose Game no es un juego excesivamente largo. En poco más de dos horas habremos completado los cinco escenarios que componen su modo campaña. No obstante es un juego que invita a volver a jugar ya que la diversión esta asegurad, y más ahora al poder completarlo junto a un compañero.
Artísticamente Untitled Goose Game es una maravilla, no por tener unos gráficos a la última, sino por el buen gusto con el que está diseñado. El mundo habitado por este endiablado ganso esta creado con una exquisita sencillez casi minimalista dominada por tonalidades pastel y unas texturas planas, casi sin relieve. Es aquí donde se introducen una serie de escenarios variados dominados por unos lugareños con facciones desdibujadas que podían pertenecer a cualquier pueblecito rural y que son representativos precisamente de ese ambiente: tenemos a un jardinero, niños, vendedoras o incluso a personas adineradas.
Pero claro, el verdadero protagonista es el ganso, o más bien los dos gansos que podremos controlar en esta actualización. Estos pequeños plumíferos se diferencian entre ellos principalmente en la forma y el color de su pico, además de en sus graznidos. Sus movimientos son muy dinámicos y, gracias al sistema de físicas del juego, podrán interactuar con prácticamente todos los elementos del escenario.
El factor que puede lastrar un poco la experiencia de juego lo encontramos en la cámara. Esa se dispone de forma isométrica y, aunque disponemos de un botón para hacer zoom y otro para aleja, puede que no siempre se posicione dónde nos gustaría, ocasionando así algunas molestias. Esto también afecta al nuevo modo cooperativo ya que no se nos presenta una cámara partida, sino una sola que afectará directamente a la libertad de movimiento de cada jugador.
Al igual que en su apartado artístico, su componente musical destaca por su simpleza y minimalismo. No hay grandes piezas representativas, pero si un acompañamiento musical que estará presente en determinados momentos más afables, pero también en otros de mayor tensión que son principalmente cuando estamos siendo perseguidos por un lugareño malhumorado tras haberle gastado alguna pequeña broma. El piano es el instrumento principal que acompañará al graznido característico de los gansos en este loco mundo donde el resto de los habitantes se muestran silentes, a excepción de ciertos gruñidos de enfado que soltaran de vez en cuando.
Si os gustan los juegos extravagantes, extraños y originales no podéis pasar por alto Untitled Goose Game. La obra de House House es única en su género; un divertido juego que por su innovadora fórmula nos mantendrá enganchados pese a su corta duración. Es sin lugar a dudas uno de los indies que todo jugador ha de probar, y más en esta ocasión, pues con la incursión de su modo cooperativo se vuelve incluso aún más divertidos, dándonos grandes y alocados momentos.
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