Siempre se ha hablado mucho de los tiempos de espera entre diferentes entregas de una saga. Si ya algunos se han convertido en un meme como es el caso de Half Life 3, imaginad tener que esperar 26 años para una siguiente parte. Si, 26 años son los que han transcurrido desde que Streets of Rage 3, apareció en la Mega Drive. Una saga que parecía estar abogada al olvido, salvo por remasterizaciones, acaba de recibir una nueva entrega. Los autores de resucitar esta saga son Lizardcube y Dotemu, responsables de Wonderboy: The Dragon’s Trap. ¿Habrán conseguirlo traer a la vida una franquicia tan icónica a los nuevos tiempos o estaremos ante un juego que vive de la nostalgia?
Tras vencer al poderoso líder criminal Mr. X hará ya una década, la ciudad vivía una temporada de paz y tranquilidad. Pero ahora una nueva amenaza se avecina y esta vez es por partida doble. Los descendientes de Mr. X, los mellizos Y, buscan dominar la ciudad. pero para impedirlo los ya ex agentes Axel Stone y Blaze Fielding vuelve a las calles junto con dos nuevos aliados; Cherry Hunter, hija de agente Adam y Floyd Iraia el aprendiz del Dr. Zan. Juntos patearan las calles y no solo de forma literal.
El argumento nos sitúa tras Streets of Rage 3 y es un gran guiño para aquellos que hayan jugado a los originales. Durante la historia veremos como nuestros personajes se enfrentan y desmoronan el plan de estos nuevos mellizos malvados, pero esta historia es solo un pretexto para que podamospartirnos la cara con toda persona que nos encontremos con la calle. Esta se nos ira presentando como si fuera un cómic interactivo, una forma que pega bastante con la nueva estética y se adaptada bien a los tiempos modernos.
Estamos ante un beat’em up de la vieja escuela, donde tendremos que partirnos la cara con todos los que se nos pongan por delante; desde policías, pandilleros, moteros, capos del mal o ninjas. Sus mecanismos son muy sencillas, desplazarnos por escenarios en 2D, con un botón de ataque principal que machacaremos para poder realizar combos. Podemos movernos por el escenario para poder atacar enemigos y coger diversos objetos.
Una de las novedades que nos presenta en esta cuarta entrega con respecto a los anteriores son varios nuevos tipos de ataque. Se trata de un ataque potente que es un arma de doble filo, pues cada vez que lo ejecutemos veremos como nuestra barra de vida obtiene una porción verde. Perderemos este porcentaje de vida si recibimos un golpe, pero si somos nosotros los que encadenamos golpes, iremos recuperando esta vida. El otro ataque sería un ataque especial y devastador que solo podremos hacer un número determinado de veces y que estará condicionado por unas estrellas que aparecen debajo de la barra de vitalidad, aunque podemos recoger algunas más repartidas por el nivel..
Varios aspectos a comentar como son el sistema de combos. Podemos encadenar una gran cantidad de ataques, ya sea al mismo enemigo como a otros para conseguir combos de golpes. Cuanto mayor sea su duración más puntos conseguiremos, pero cuidado, si recibimos un golpe perderemos todos los puntos acumulados, por lo que en ocasiones deberemos ser precavidos y mantener la distancia para sumar todos esos puntos. Los puntos no serán solo una meta para superarnos a nosotros mismos, sino que cada 8000 puntos conseguidos se nos premiara con una vida. Una mecánica muy interesante e importante en dificultades altas o en modos como el arcarde o lucha con jefes.
Cada personaje cuenta con su propia secuencia de golpes y ataque especial. A parte tenemos habilidades diferentes para poder desplazarnos, Adam da un paso rápido hacia adelante y por ejemplo Cherryl tiene la habilidad de correr. Tenemos cinco personajes para elegir, y a medida que consigamos puntos iremos desbloquenado a los personajes de la segunda y tercera entrega, todos con su aspecto original pixelado.
Lo que se sigue manteniendo es la sensación que transmiten los golpes. Es muy satisfactorio poder conectar una buena secuencia de golpes a un enemigo haciéndole rebotar en el escenario o en medio del aire estableciendo una especie de reto de ver cuando golpes le puedes dar a un enemigo sin que toque el suelo. Los combates contra los jefes y diversos enemigos están muy bien diseñados, así como los niveles, enemigos, etc… Junto a ello tenemos objetos de diversa índole como cuchillos, varas, espadas, lanzas, granadas, ladrillos y demás. No podemos dejar de mencionar los escenarios y la interactuación con ellos pues habrá trampas y otros mecanismos que podemos usar a nuestro favor.
No podría ser un buen beat’em up si no tuviéramos un modo cooperativo. En local podemos llegar hasta a cuatro jugadores y online dos. El juego es ampliamente disfrutable tanto a nivel individual como con amigos. En cuanto a la duración, es un aspecto polémico pues superar el juego no nos llevará muchas horas, el modo historia puede completarse de un par de horas, pero parte de su duración recae sobre su jugabilidad. Es tremendamente rejugable, ya no solo sea completando el juego en las diferentes dificultades que irán añadiendo más enemigos a medida que escale la dificultad, sino a través de los demás modos de juego. Tenemos un modo arcade en el se imita la experiencia clásica en la que deberemos completar el juego con un solo crédito. o el modo lucha con bosses donde deberemos vencer a todos los bosses seguidos sin pausas y sin créditos.
Pero no podemos obviar los aspectos negativos. Uno de ellos, y que hemos visto que nos ocurría en más de una ocasión, es como encajamos los golpes o como los damos. En ciertas ocasiones parece que vamos a dar un golpe y no llega bien porque nos quedamos cortos o bien porque el enemigo está un poco más arriba o abajo que nosotros, pero él sin embargo si que puede llegar a darnos. Otro aspecto es cuando ciertos enemigos pueden darnos aún cuando estemos en el suelo, o bien cuando se desplazan de manera increíblemente rápida de arriba abajo del escenario siendo casi imposible esquivarlos y dejándonos vendidos. Esto genera una sensación de frustración, sobre todo cuando nos rompen un combo.
En general estamos ante un juego muy rejugable y muy satisfactorio. Adapta muy bien la experiencia de juego de los clásicos de Sega y nos llevará bastantes horas para poder conseguir todo. Una vez conseguido todo podremos volver a jugarlo cada cierto tiempo pues la sensación que se ha conseguido en este juego es la misma que se tiene de sus anteriores entregas.
Streets of Rage ha abandonado la estética pixel art de sus entregas anteriores y ha apostado por un estilo cel shading más actual, con un resultado excelente. Gracias a esto se ha logrado emular la estética de un cómic en movimiento, con un aspecto de estar dibujado y coloreado todo a mano, y de una manera muy fluida y visual. Esto no hace que se pierda su esencia original, sino que adapta esas sensaciones de sus primeras entregas a las nuevas generaciones con un gran acierto. Los nuevos diseños de los personajes protagonistas también son un acierto; han pasado diez años entre la historia de la tercera parte y esta por lo que algunos personajes han cambiado su aspecto de una forma muy acertada, aunque muchos enemigos siguen manteniendo la misma que en juegos anteriores, siendo reconocibles todos ellos.
Las animaciones están muy cuidadas y puede verse el mimo por el detalle en cada combo y movimiento que hacen los personajes. El diseño de escenarios y enemigos ha buscado mantenerse fiel pero adaptados a los nuevos tiempos. En cuanto al rendimiento, se trata de un juego muy fluido en todo momento, con tiempos de carga son cortos donde todo fluye muy bien sin ningún tipo caída de fps.
La banda sonora tiene ese toque y esencia ochentera y noventera con una gran cantidad de teclados y sintetizadores. Tenemos temas muy buenos como por ejemplo cuando tenemos un encuentro en un ascensor o en el tramo final del juego.
Esta banda sonora ha corrido a cargo de varios artistas conocidos en el mundillo del videojuego, entre los que podemos destacar a algunos que trabajaron entregas anteriores; nombres como Motohiro Kawashima y Yuzo Koshiro se suman añade otros no japoneses, como es el caso del compositor francés Olivier Deriviere, conocido por bandas sonoras como Obscure, Alone in the Dark o A Plague Tale. Un equipo de calidad que ha sido capaz de crear un apartado sonoro sobresaliente y memorable. Hay que señalar también que el título llega localizado a varios idiomas, presentando, entre ellos, subtítulos al castellano.
Sin duda todos aquellos que tuvieran miedo de que la saga perdiera su esencia con las nuevas generaciones pueden estar tranquilos. Lizardcube y Dotemu se van postulando poco a poco como los rescatadores de franquicias que ya estaban algo olvidadas y son capaces de llevarlas a los sistemas actuales, manteniendo toda las sensaciones originales. Con Streets of Rage 4 nos traen juego sobresaliente, lleno de acción y con un apartado artístico y sonoro realmente sublime, y con una jugabilidad realmente adictiva que nos tendrá enganchados durante horas y horas, rememorando nuestra juventud o construyendo nuevos recuerdos en aquellos que se acerquen a la saga por primera vez.
Deja una respuesta