Si hablamos de Quantic Dream tenemos que hablar de una compañía que ha sabido crear una nueva forma de narrar en los videojuegos que ha sentado las bases de los títulos que la han precedido. Esto es algo que en buena medida se vino gestando desde el fantástico Fahrenheit, ya en ese momento la compañía francesa comenzó a darnos, aunque pocos, títulos de calidad que rompen con las temáticas tradicionales de los videojuegos para contarnos historias que se alejan de lo convencional. Con los años aparecieron títulos como Heavy Rain o Beyond: Dos almas, pero hoy vamos a hablaros en este análisis de su último juego, Detroit: Become Human, que ya se encuentra a la venta en exclusiva para PlayStation 4.
Pero antes de desgranar el juego en sí, tenemos que hablar del origen de Detroit ya que es cuanto menos curioso. Seguro que todos recordamos el E3 del año 2013 donde con una demo técnica para PlayStation 3 el estudio de David Cage nos presentaba a Kara, un androide con una gran inteligencia artificial que estaba siendo creado en una estación de montaje. Durante su proceso de testeo, Kara demostró ser algo más que un simple robot, podía experimentar emociones y esto la convertía en algo especial. Muchos fuimos los quedamos impresionados con esa demostración, no solo por el gran potencial que veníamos en el motor gráfico con que el que estudio francés hacía gala en ese momento en concreto, sino quedamos intrigados con Kara y el porvenir que la podría aguardar.
Pasaron los años y Kara parecía olvidada por sus desarrolladores, pero no por algunos usuarios que seguían con cientos de interrogantes sobre qué fue de ese androide que mostraba signos de humanidad. Pero el año 2015 Kara volvió a dar señales de vida, esta vez continuando la historia que empezó un par de años antes pero yendo más lejos, de esta manera el anteriormente conocido como «Project Kara» tomaba un nuevo rumbo y se anunciaba como Detroit: Become Human pero esta vez trasladando su plataforma de lanzamiento a PlayStation 4.
Todo esto anterior fue lo que dio origen a Detroit: Become Human, el último título de Quantic Dream que se aleja bastante de las premisas de sus juegos anteriores para mostrarnos una historia distópica/utópica (según el punto de vista de quien lo mire) y que construye un gran universo a su alrededor que tiene como objetivo el transmitir diversas emociones al jugador y crear un fuerte lazo de empatia entre aquel que está sosteniendo el mando de la consola y los personajes que protagonizan el título.
Detroit nos sitúa en un futuro que aún está por venir. Viajamos al año 2038, la sociedad ha evolucionado y ha sabido adaptar la tecnología a sus necesidades, tanto es así que se han creado a los androides y estos se comercializan como si fueran mercancía. Hasta este momento podemos ver que el juego de Quantic Dream toma un todo de ciencia-ficción para narrar su historia, sin embargo va un paso más allá, incluyendo un gran factor “humano” a los sucesos que tendrán lugar.
Y al decir sucesos nos referimos a los tres personajes que estarán presentes en el título, tres androides llamados Markus, Connor y, por su puesto, Kara, continuando de esta manera aquella historia que comenzó la desarrolladora francesa hace ya años. Cada uno de los personajes tendrá un fin que se irá estableciendo a lo largo del juego, momentos en los cuales su propia consciencia será cuestionada y se preguntará qué es en realidad. Es esto último lo que nos ha gustado especialmente de Detroit, un título que ha sabido expresar de forma magistral el concepto de las emociones humanas y trasladarlos a unos seres creados artificialmente.
Pero hablemos un poco más de los personajes, eso sí sin entrar en spoilers. Por un lado tenemos a Markus, quizás el personaje que más peso tenga en la historia por todo el trasfondo que llega a promover. Markus es un androide que ejerce la labor de asistente personal de un pintor bastante afamado en Detroit, está un tanto lejos de la realidad que viven sus “hermanos” androides ya que en cierta medida se encuentra protegido en la casa de su acaudalado dueño. Sin embargo, ciertos sucesos desencadenan una reacción en le llevan a cuestionar su existencia.
Por otro lado tenemos a Connor, un androide propiedad de CyberLine enviado al departamento de policía de Detroit para colaborar con las fuerzas del orden en aquellos crímenes que tengan como implicado a androides. El peso argumental de Connor puede verse un tanto relegado por la presencia de Markus y de Kara, pero no por ello es menos importante ya que gracias a él podremos conocer de una forma más cercana la relación que hay existente entre humanos y androides, y sobre aquellos que los aceptan y los que no. Pero sin lugar a dudas el eje central de su historia será su relación con Hank, su compañero en la policía, esta extraña pareja nos dejará momentos tanto cómicos como dramáticos que rompen, en cierta medida, con el tono más distópico con el que David Cage ha dotado a su último juego.
Y por último tenemos a Kara, aquella androide que conocimos en la demo técnica para PlayStation 3 ya ha salido de la fábrica de montaje y se encuentra en el mundo exterior, aunque las cosas son bien distintas de lo que se mostró por aquel entonces. Con Kara se nos quiere mostrar el factor más humano que pueden desarrollar los androides, en un principio fue “alquilada” por un hombre para que se ocupara de las labores de la casa y para que cuidase a su hija Alice, sin embargo la relación entre Kara y la niña se hace cada vez más intensa dando lugar a una serie de acontecimientos que pondrá su vida del revés.
Si analizamos pormenorizadamente el argumento de estas tres historias que se nos narra en Detroit puede ser que no veamos algo demasiado innovador, son temas que pueden haberse tratado ya en otras películas del género como Blade Runner o Inteligencia Artificial, pero el mundo de los videojuegos es distinto al cinematográfico y aquí encontramos una nueva vía de exploración. Detroit: Become Human nos presenta un nuevo mundo donde nosotros tenemos el control, nuestras decisiones cuentan y varían mucho más que en sus anteriores juegos pero hay algo que nos hubiera gustado un poco más y es que, en nuestra opinión, el haber incluido un personaje humano jugable hubiera estado bien ya que, frente a la visión de los androides, el conocer de primera mano cómo piensa y se relaciona la raza humana con esta nueva forma de vida artificial hubiera dado un giro más inesperado a al juego.
Para aquellos que hayáis jugado a anteriores juegos de la compañía francesa sabéis que vais a encontrar pues en Detroit se repiten formulas similares de sus anteriores juegos. Toda su jugabilidad gira entorno a la narrativa, tendremos momentos en los cuales tomaremos el control del personaje que nos toque manejar, algunos momentos de QTE en los que deberemos pulsar los botones que aparezcan por pantalla, y algunas circunstancias más de sigilo o resolución de puzles. Con estas mecánicas podría parecer que el título de la compañía francesa no ha evolucionado respecto a juegos como Heavy Rain o Beyond, pero lo que hace realmente es coger esas mecánicas e ir más allá añadiendo nuevas funciones, y esto dará como resultado unos controles realmente intuitivos y sencillos en su aprendizaje.
Pero una de las grandes diferencias del título frente a otros que tienen una estructura similar es la multitud de decisiones que podemos tomar, son cientos las que hay y todas ellas afectarán en mayor o menor medida a la aventura; desde influir en la relación con otros personajes hasta ocasionar la muerte de alguno de los protagonistas. Estas decisiones serán constantes y en muchas ocasiones requerirán cierta rapidez de procesamiento ya que tendremos tiempo para elegir nuestras acciones. Todas ellas podrán ser consultadas en la denominada como “tabla de flujo”, un esquema que se nos presentará al terminar un capitulo que nos mostrará que camino hemos tomado y que sendas han quedado abiertas, pero también podremos observar otras opciones que permanecerán de forma oculta hasta que las descubramos en otras partidas, gracias a esto aumenta al rejugabilidad del juego pero también nos pone en una encrucijada ya que en más de una ocasión nos pararemos a pensar si lo que estamos haciendo es lo correcto y por ello en más de una vez, si tomamos una mala decisión, nos veremos reiniciando el juego para intentar cambiar la historia.
Como resultado de esta tabla de flujo, o árbol de decisiones, vamos a ver que Detroit toma una estructura capitular. Cada uno de los episodios tendrá una duración de entre 15-20 minutos en los que se irán alternando sus protagonistas para ir contándonos acontecimientos que parece ser que transcurren de manera alterna. Sin embargo no todo el juego será de esta forma ya que en los últimos compases del título esta estructura cambiará por una más fluida y dinámica.
En cuanto a las mecánicas que hemos indicado anteriormente vemos como todas y cada una de ellas se han pensado a la perfección y equilibrado para no abusar de ellas. La exploración será un elemento clave en Detroit y esto es consecuencia directa de manejar un androide ya que ellos poseerán un sistema de escaneo que nos mostrará en pantalla todos los elementos con los que podremos interactuar, esto es algo parecido a lo que ya se pudo ver en Heavy Rain con el agente Norman Jayden y sus gafas tecnológicas aunque un tanto más sofisticado y no tan caótico.
La exploración tendrá como consecuencia el desencadenar secuencias QTE, estas son prácticamente marca de la casa ya que desde Fahrenheit han estado presentes en los juegos de la compañía francesa. Bastará con que pulsemos los botones que se nos muestra en la pantalla en un tiempo determinado para que podamos seguir avanzando en la historia y en esta ocasión se ha tenido en cuenta las características del DualShock 4 introduciendo el panel táctil y el sensor de movimiento. Muchos de estos QTE representan momentos de acción en el juego, luchas o decisiones críticas que resultan bastantes espectaculares.
Por su puesto también tendremos las partes de sigilo, no demasiadas pero si serán momentos de gran tensión que se basarán en infiltrarnos en algún sitio determinado o escapar de algún lugar. Al igual que en el resto del juego aquí tendremos varias opciones para enfrentar estas situaciones y dependerá únicamente de nuestras decisiones como se van a desarrollar los acontecimientos.
Pero la principal novedad de Detroit frente a otros juegos de Quantic es el sistema de reconstrucción. En algunos escenarios se nos pedirá investigar u observar el entorno, encontrar pistas y realizar una recreación de los hechos. Estos se producirán principalmente con dos personajes, en el caso de Connor deberemos realizar investigaciones e indagaciones en diferentes lugares donde se han producido crímenes, buscar pruebas será fundamental y si hemos localizado las suficientes, utilizando los botones L2 Y R2 del mando, podremos ejecutar una reconstrucción virtual de los actos y así encontrar nuevas pistas o nueva información para el caso. El otro personaje será Markus, aquí las reconstrucciones serán distintas ya que en la mayoría de los casos se basará en la observación del entorno y en realizar una trayectoria pare solventar algún obstáculo, aunque también habrá momentos de combate que emplearán estas mecánicas.
Completar Detroit por primera vez nos llevará entorno a unas 8 o 9 horas, una duración más que aceptable que se alargará más ya que el título te invita a rejugarlo para poder descubrir qué pasaría si eliges otro camino o tomas otras decisiones. Esto también se ve alargado con algunos extras o coleccionables, aunque no son demasiados, como las revistas que podemos leer y que se encuentran repartidas por todo el juego o el poder desbloquear galerías del arte conceptual del título.
Fuera del juego no podríamos pasar por alto el hablar de un detalle que nos ha parecido bastante curioso y es la androide asistente que nos da la bienvenida al juego en el menú principal. En determinados momentos se dirigirá a nosotros con el objetivo de romper la cuarta pared, haciéndonos preguntas o incluso encuestas personales. Es sin duda un detalle bastante curioso que nos sorprenderá cada vez que iniciemos el juego.
Uno de los motivos por lo que los juegos de David Cage siempre sorprenden es por su calidad gráfica, títulos que explotan el potencial de la plataforma en la que son lanzados y esto es algo que pasó con PlayStation 2, PlayStation 3 y que ahora con Detroit pasa con PlayStation 4, ofreciéndonos un apartado gráfico que solo podemos definir como un realismo magistral, aunque sin llegar al fotorealismo.
Detroit Become Human se construye utilizando mucho lenguaje cinematográfico; los movimientos de cámara, las escenas de acción o diálogos pueden recordarnos a una superproducción de Hollywood, pero interactiva claro está. A esto hay que sumarle el carisma de sus personajes, tanto principales como secundarios, todos ellos creados a partir de captura de movimiento por lo que se consigue recrear una atmósfera realmente humana. Aunque hay que añadir un punto más y es la calidad en las expresiones faciales y aquí es donde realmente brilla el apartado gráfico de Detroit ya que ha conseguido que sus personajes representes emociones con solo la gesticulación en sus caras, sentimientos como la alegría, el amor, la tristeza o la desesperación se ven perfectamente reflejados en el juego y gracias a ello podemos empatizar más con los protagonistas.
Para dar vida al mundo de Detroit, Quantic Dream de nuevo ha recurrido al recurso de utilizar a actores profesionales para dar vida a los personajes, algunos de ellos más conocidos Jesse Williams quien da vida a Markus, o Clancy Brown, el veterano y mítico actor de cine que en este caso encarna a Hank. Pero también forman parte del elenco otros intérpretes cuyas caras pueden sernos menos familiares como es el caso de Bryan Dechart en el papel de Connor o de Valorie Curry como Kara. Aunque todo esto nos lleva a la conclusión única y es que Quantic Dream ha puesto un mimo especial en dar vida a esos personajes que ellos han creado, con grandes interpretaciones y con las que consiguen captar la atención del jugador y transmitir a la vez emociones.
Por su parte los escenarios de la ciudad de Detroit han sido reimaginados de una forma más que notable. El título nos sitúa 20 años en el futuro y nos presta su particular visión de cómo será esta ciudad por ese entonces, mostrándonos para ello diversos emplazamientos, algunos cerrados y otros abiertos, pero llenos de detalles y elementos que observar. Las herramientas de desarrollo y el motor gráfico han sido cruciales en este aspecto ya que han permitido crear fuentes de iluminación bastantes creíbles y unas texturas en todos y cada uno de los objetos realmente magníficas.
A nivel de rendimiento decir que hemos probado el juego tanto en PlayStation 4 estándar como en PlayStation 4 Pro y se han observado ciertas diferencias, sobre todo a nivel de estabilidad de frames ya que en el modelo estándar de la consola de Sony ha habido algunas caídas puntuales en determinadas zonas que se muestran cerca del desenlace del juego, algo que en la versión Pro pasa prácticamente desapercibido.
Los juegos producidos por Sony siempre gozan de una gran localización al castellano, y el doblaje de Detroit no ha sido menos. Pero en lo referente al sonido lo más importante es su banda sonora, temas que han sido creados con especial cuidado y diseñados para que se acoplen perfectamente con el mundo que en Detroit se nos muestra.
Esta banda sonora se presenta propia de cada uno de los protagonistas del juego, ellos tienen sus propios acompañamientos musicales que casan a la perfección con las escenas que estemos viviendo. Para su realización Quantic Dream ha contratado a tres compositores distintos, con ello ha logrado dar variedad y diversidad al título y crear una música que se puede llegar a identificar rápidamente con cada uno de los protagonistas del juego.
Es innegable afirmar que Detroit: Become Human es el título más redondo hasta ahora del estudio francés encabezado por David Cage. El juego recoge todo lo aprendido en Heavy Rain o Beyond y nos muestra una historia distinta, más adulta, pero también más optimista que en sus predecesores, y que a la vez va un paso más allá tratando de una forma muy abierta temas como la prostitución, las drogas, la esclavitud o la moralidad de las personas y el sentido de la humanidad.
Es cierto que si miramos pormenorizadamente cada uno de los aspectos que se recogen en la historia del juego puede que este no resulte demasiado original, la industria del cine y de las series han imaginado muchas veces como sería esa distopía donde las máquinas y los androides toman consciencia y se rebelan contra sus creadores, algunas más fatalistas como Terminator u otras más utópicas como la serie de HBO Westworld. Pero lo que hay que aplaudir a Quantic Dream es que se hayan atrevido a incluir esto en un videojuego y crear entorno a ello tres historias diversas con un buen ritmo que consiguen conectar con el jugador e incluso puede llegar a hacernos plantearnos cúal sería nuestra manera de actuar en el caso de que los acontecimientos que en Detroit se nos muestran se hicieran realidad, ¿estaríamos a favor de la igualdad entre androides o humanos, o los repudiaríamos?
Deja una respuesta