Revisamos la última producción de Steven Spielberg, donde nos sumerge en el corazón de la cultura pop
Ready Player One es una película de Steven Spielberg, producida por Warner Bros. y Amblin, y basada en la novela homónima de Ernest Cline. En su reparto destacan Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, Simon Pegg, T.J. Miller y Hannah John-Kamen, entre otros.
En el año 2045, Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada «Oasis». Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a jugadores, poderosos enemigos corporativos y otros competidores despiadados, dispuestos a hacer lo que sea, tanto dentro de «Oasis» como del mundo real, para hacerse con el premio.
Ready Player One, la última cinta de Spielberg, es una especie de macro homenaje a esos iconos de la cultura pop de los que muchos disfrutaron en los 80, y que hoy en día están tan de moda gracias a producciones que han devuelto la nostalgia de esos años a los espectadores más jóvenes: Stranger Things, It…
Spielberg nos ofrece un ejercicio de dirección impecable, al que nos tiene acostumbrados, con un trabajo de CGI impresionante, y con unas escenas en acción real también muy cuidadas. Nos presenta un futuro distópico, desolador y casi profético, en el que los humanos casi han dejado relacionarse, y si lo hacen prefieren hacerlo en ese mundo utópico que es Oasis.
La historia es interesante, considerablemente original, supone una serie de acontecimientos frenéticos: persecuciones, carreras… escenas de acción muy al estilo de Spielberg, que si bien mantienen más que entretenido al espectador en muchos puntos, en algunos otros podrían resultar un tanto pesadas. Interesa el trasfondo profético de la historia, que debería hacer reflexionar a los espectadores acerca de la importancia de vivir en la vida real, por utópica que pudiera ser una realidad virtual.
En cuanto a los personajes, es complejo juzgarlos por su trabajo en CGI, pero en las escenas de acción real podría decirse que funcionan bien, sin brillar especialmente. Destacaría el trabajo de dos de los protagonistas: Tye Sheridan y Olivia Cooke, que además de ofrecernos una curiosa historia de amor nacida entre dos avatares, son los que cargan el peso de las «fuerzas del bien». Por otro lado, destacaría el trabajo del antagonista, Ben Mendelsohn, que nos muestra a un empresario despiadado y dispuesto a hacer todo lo posible para subir a lo más alto.
En cuanto a las escenas de CGI, resultan brillantes, con escenarios cargados de reminiscencias de la cultura pop, que se convertirán en una especie de juego para espectadores en busca de esas referencias a sus películas favoritas: Akira, Regreso al Futuro, King Kong, Godzilla, Star Wars, El Gigante de Hierro, El Resplandor…
En definitiva, Ready Player One es una película muy entretenida, con una estética visual brillante y una buena dirección por parte de Spielberg. No obstante, es una película que se queda en eso, un rato bastante entretenido, y que pese a intentar indagar en ese debate sobre la evasión a una realidad virtual, no llega a ser una película que nos deje con una actitud realmente reflexiva.
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